Si quieres que tu entrenamiento surja efecto, olvida estos caprichos después de entrenar porque no te ayudarán a conseguir un cambio
Has acabado tu entrenamiento diario y te dispones a salir por la puerta del gimnasio. Una de las primeras sensaciones que notas es que tu estómago está vacío. Llegas a casa y pillas lo primero que encuentras en tu despensa… o peor aún, te pides una hamburguesa en el primer fast food que se cruza en tu camino. ¡Error!
Por mucho que hayas estado quemando calorías en el gimnasio, la peor decisión que puedes tomar es comerte una berlina repleta de azúcar, porque, además de que no aportará nada a tu proceso de recuperación, es muy probable que estés añadiendo a tu cuerpo más calorías de las que has quemado en tu entrenamiento. De esta manera pocos resultados vas a notar.
Si realmente quieres que tu esfuerzo merezca la pena y conseguir los objetivos que te has propuesto, es mejor saber qué alimentos o costumbres deberías evitar después de un entrenamiento. Los repasamos a continuación.
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No hidratarse
“Después de la actividad física hace falta hidratarse en seguida para facilitar la recuperación”, nos explicaba Adam Martín, experto en comunicación nutricional. “Las recomendaciones oficiales aconsejan ingerir como mínimo un 150% del peso perdido durante las primeras 6 horas después del ejercicio. Por ejemplo, si has perdido 2 kg de peso corporal, deberías beber unos 3 litros de líquido (que son 500ml/hora, o un vaso cada 20 minutos).
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Café
Sí que es cierto que la cafeína podría ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento deportivo si la tomamos antes de entrenar, como explicamos en este artículo, ¿pero qué pasa si tomamos café después del entrenamiento? Que actúa igual que una cerveza: deshidrata el cuerpo cuando este necesita hidratarse para facilitar la recuperación. Si además lo tomas con un par de cucharadas de azúcar, estarás añadiendo calorías extras que no te convienen si tu objetivo es bajar de peso.
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Verdura
Está claro que añadir verdura a tu dieta es algo muy saludable por su alto contenido en fibras, vitaminas y minerales, pero no cuenta con las calorías ni las proteínas suficientes para ayudar al cuerpo a recuperarse después del esfuerzo del gimnasio. En todo caso, si eres un gran fan de las verduras, puedes combinarlas con la pasta, para asegurarte que tomas una buena ración de carbohidratos.
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Comida rápida muy grasienta
Los alimentos llenos de grasas como el bacon, la panceta, las hamburguesas completas o untar un la tostada con mantequilla… es cierto que contienen proteínas, pero su alto porcentaje de grasa no compensa ni es recomendable. Además, este tipo de alimentos se metabolizan más lentamente cuando lo que necesitamos después de entrenar son alimentos de digestión más rápida. Un buen ejemplo sería unas tostadas con aguacate, queso fresco o tortilla.
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Abusar de los suplementos nutricionales
“En el momento de tomar suplementos deportivos es importante tener en cuenta el objetivo por el cual lo tomamos, la dosis, el momento del día que lo consumimos y que estén bien formulados” nos explicaba en este artículo Claudia Turc, responsable del servicio de nutrición de Clubs DiR. Añade que “si la dieta es equilibrada y variada, seguramente no sea necesario el uso de estos productos, pero pueden ser un complemento perfecto para cubrir las necesidades puntuales en tu organismo después del entrenamiento”. En todo caso, debe quedar claro que en ningún caso servirán para substituir a la comida real.
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No comer nada, también es un error que debes evitar
Otro de los errores que nos comenta Claudia Turc y que suele cometer un gran número de personas, es pasarse varias horas sin comer después de hacer ejercicio. Claudia nos recomienda que “la comida posterior al gimnasio incluya una ración de proteína para reparar la musculatura correctamente y notar menos fatiga muscular. Existen diferentes fuentes de proteína (animal o vegetal). Es igual de importante incluir hidratos de carbono simples, ya que son digeridos y absorbidos rápidamente y, por lo tanto aportaran energía inmediata, optimizando el entrenamiento y favoreciendo una rápida recuperación. Algunos ejemplos podrían ser la fruta, miel, pan blanco, patata, mermelada, cereales azucarados…”
Si quieres obtener más información sobre cómo llevar una alimentación saludable y equilibrada, te recomendamos el servicio de nutrición del DiR, formado por un equipo de especialistas en nutrición con una amplia experiencia para crear dietas totalmente personalizadas en función de tus objetivos.
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