El verano es una buena época para la piel, puesto que pasamos más tiempo al aire libre, nos vestimos con menos ropa de colores más claros y la humedad hace que esté más hidratada. Sin embargo, es muy importante proteger la epidermis para evitar agresiones que pueden pasar una factura muy alta al cabo de un tiempo.
Tal y como explica el doctor Fernando Gallardo, jefe de servicio de Dermatología del Hospital del Mar, el bronceado es una cuestión cultural: “A principios del siglo XX, la piel blanca se asociaba a las clases acomodadas y la oscura, a las menos favorecidas. Hoy, el moreno es el atractivo y, en cambio, el blanco es el enfermo”.
El problema es que «nuestra piel no ha evolucionado biológicamente para soportar estos cambios y hay que entender que broncearse es algo artificial». Por eso, debemos cuidarnos de los rayos de sol teniendo en cuenta nuestro fototipo y nuestra edad “haciendo más incidencia en los casos de los niños y las personas mayores”.
El Dr. Gallardo nos aporta una serie de recomendaciones para evitar castigar nuestra piel que sirven tanto para quienes pasan el verano en el mar, como en la piscina o haciendo actividad física outdoor. “Sin sol no hay vida, sin embargo hay que saber dónde están los límites de sus beneficios”, sentencia el especialista.
Atención
¡No te quemes! Una piel roja conlleva un serio riesgo de padecer cáncer de piel tanto del no melanoma como del melanoma, el más agresivo y asociado a la mortalidad.
¡No abuses del bronceado! A corto plazo existe un beneficio estético, pero la piel tiene memoria y a la larga, sufrirás un envejecimiento cutáneo prematuro.
Hábitos imprescindibles
- Evita el sol entre las 11 h y las 17 h
- Limita las exposiciones prolongadas
- Compra una crema solar que no sea grasienta
- Y que tenga una protección SPF50
- Pásate el protector de forma regular cada 2 horas máximo
- Aplícate crema hidratante
- Utiliza jabones neutros para tu higiene
- Bebe mucha agua
- Come frutas y verduras ricas en caroteno
¿Que piensas?