Caminar es una actividad fácil y muy básica, pero no por ello deja de aportar grandes beneficios para la salud
Según el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) los adultos necesitan, al menos, dos horas y media (150 minutos) semanales de actividad física aeróbica a una intensidad moderada. Este estudio da a conocer que la gente puede considerar la acción de caminar como una actividad aeróbica estructurada más que un ejercicio recreativo o un modo de desplazamiento. Algunos pueden incluso creer que caminar proporciona menos beneficios que otras formas de ejercicio más vigoroso, como clases dirigidas de fitness, correr o ir en bicicleta.
La evidencia constata que caminar para hacer ejercicio proporciona beneficios reales para muchas personas, así que si desea aprovechar sus beneficios, es aconsejable estructurar la caminata según las pautas y salidas, de un experto. (Zhao, W., et al; 2015).
Beneficios para la salud
Muchos estudios examinan los beneficios para un grupo específico de personas, como los que tienen sobrepeso o tienen una enfermedad crónica. Estos beneficios van desde un riesgo reducido de muchas enfermedades hasta ventajas sociales y mejoras en la salud mental. (Wojtys E. M. 2015). En situaciones de pandemia, puede ser una alternativa para realizar ejercicio controlado en espacios al aire libre. (Dominski, F,. 2020).
Mejora de la salud cardiorrespiratoria
Realizar un programa para caminar es un buen punto de partida para mejorar la salud del corazón. Marchar durante al menos 40 minutos varias veces a la semana a un ritmo medio o rápido se asocia con una caída del 25% en el riesgo de insuficiencia cardíaca, especialmente entre adultos con alto riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además, puede ayudar a fomentar estilos de vida más activos para prevenir y controlar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. (Nagyova I, 2020).
Mejora de la salud ósea
Caminar durante veinte o treinta minutos tres veces a la semana ayuda a mantener fuertes los huesos y las articulaciones, así como lograr un mejor equilibrio y una buena forma física en general. Los pequeños impactos de caminar y hacer ejercicio al aire libre obligan al cuerpo a trabajar contra la gravedad proporcionando un nivel de resistencia que actúa como efecto preventivo y de limitar la pérdida progresiva sobre las estructuras óseas.
Disminución de la presión arterial
Caminar puede tener un efecto positivo sobre la presión arterial que es uno de los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades del corazón y puede conducir a disminuciones significativas de la presión arterial sistólica y diastólica en reposo. (Yau, K, 2020).
Reducción de riesgo diabetes tipo 2
Estudios indican que el ejercicio moderado, como caminar de forma intensa, puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2. (Borhade MB, 2020). Caminar puede ser la forma más fácil y segura para comenzar un programa de ejercicio y poder alcanzar niveles de salud óptimos. Las salidas en grupo y los recorridos guiados por expertos en ejercicio son uno de los principios de la prescripción saludable y, lo más importante, mantenidos en el tiempo para lograr nuestros objetivos.
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Por Jordi Notario, Co-director DiR Outdoor
Fuentes:
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