El High Intensity Interval Training (HIIT) es un tipo de entrenamiento cardiovascular de alta intensidad. Suele durar entre 5 y 45 minutos, pero es agotador. A principios de los años 90 se llevaron a cabo los primeros estudios para valorar los efectos del HIIT en nuestros cuerpos, demostrando que se quema el triple de grasa corporal que con otras prácticas cardiovasculares como el running o la natación, incluso durante las horas siguientes a su práctica. Además, fortalece los músculos de forma mucho más rápida.
Como podemos ver, el HIIT es llamativo por el poco tiempo que requiere practicarlo y por el montón de beneficios que comporta. Sin embargo, también tiene contraindicaciones que debemos tener en cuenta.
Contraindicaciones del HIIT
Aunque este tipo de entrenamiento es muy efectivo para mejorar la resistencia, ganar músculo, quemar grasas y estimular el metabolismo, la práctica no es apta para todos. De hecho, para algunas personas puede resultar incluso peligroso practicarlo.
Dieta hipocalórica
Estos tipos de dietas regulan y limitan las calorías que se consumen. Aunque lo hacen de forma segura para evitar que afecte a la salud de nuestro organismo, dado que los menús están compuestos por alimentos bajos en calorías, no se aconseja combinarlo con el HIIT. De hecho, puede llegar a ser nocivo por la salud, ya que se queman muchas más calorías de las que se ingieren, por lo que faltaría mucho glucógeno en el cuerpo, y podemos sufrir mareos, incluso perder el conocimiento.
Problema articular o muscular
Cuando practicamos HIIT, las articulaciones y tendones se someten a una gran carga de trabajo. Por eso esta práctica no se aconseja a personas que sufren problemas y lesiones como la artritis, bursitis o dolor muscular. Para cualquier persona con problemas articulares o musculares, realizar HIIT puede resultar peligroso, ya que el riesgo de sufrir lesiones o de hacerlas más graves es muy grande.
Vida sedentaria
El HIIT es un entrenamiento de alta intensidad. No se puede pasar de un día para otro de una vida sedentaria a un entrenamiento de estas características. Como ya hemos explicado (y está demostrado por varios estudios) que pasar de cero a cien provoca dolor en las articulaciones y los músculos, realizar ejercicios explosivos de golpe, aumenta mucho el riesgo de sufrir lesiones graves.
Cabe destacar también que una persona sin una base física no aguantará los entrenamientos HIIT, por lo que se desmotivará antes de alcanzar los objetivos planteados. Si no practicas deporte y te interesa la modalidad HIIT, es importante que antes hagas entrenamientos de baja carga e intensidad para preparar y acostumbrar el cuerpo, y después ya lo pongas a prueba con el HIIT. Nunca de repente, porque puedes hacerte mucho daño.
Obesidad mórbida
Para una persona con sobrepeso u obesidad, el HIIT no es una buena opción, puesto que su cuerpo no soportará la exigencia que requiere este tipo de entrenamiento. Además de provocar desmotivación, la práctica puede lesionar gravemente a una persona con sobrepeso. No sólo puedes afectar a los músculos y tendones, sino que puede afectar también al aparato respiratorio y cardiovascular, con resultados críticos.
Es importante que antes de practicar HIIT, las personas obesas o con sobrepeso grave, se inicien en otras prácticas menos exigentes.
Enfermedades cardíacas, enemigas del HIIT
Estamos hablando de entrenamientos de alta intensidad. Esto implica que el esfuerzo que requiere es muy elevado. Así pues, es evidente que no es una práctica nada recomendada para personas que sufren problemas cardiovasculares o de hipertensión arterial. Practicar ejercicios de alta intensidad como el HIIT incrementa la presión sanguínea, lo que afecta mucho a las personas con estas patologías.
Recomendaciones a la hora de practicar HIIT
Además de los casos anteriores, cabe destacar que, aunque no sufras ninguna de las patologías mencionadas, tampoco es recomendable practicar HIIT todos los días. Hacerlo sería como ejercitar el mismo músculo día tras día. Esto llevaría a una sobrecarga, que aumentaría el riesgo de sufrir lesiones. Si los tejidos no se recuperan, pueden generar problemas en las articulaciones y los tendones. Pues lo mismo ocurre si practicamos HIIT de forma diaria.
Por último, es muy aconsejable consultar con un profesional de la salud, como un médico o un fisioterapeuta, antes de iniciarse en el HIIT, para saber si nuestro organismo lo aguantará. Además, es conveniente tener la figura de un entrenador/a personal a nuestro lado para que siga nuestro paso por el HIIT.
¿Que piensas?