El ejercicio físico y seguir una alimentación equilibrada es la mejor receta para mantener tus defensas altas
A estas alturas ya nadie pone en duda que seguir una vida saludable es el mejor antídoto para prevenir la gran mayoría de enfermedades. Existen estudios que confirman que la práctica de ejercicio regular y mantener una alimentación equilibrada puede tener una influencia directa sobre tu sistema inmune, aumentando la resistencia a infecciones virales y previniendo la formación de células malignas.
Lejos de avivar el alarmismo creciente a causa del coronavirus Covid-19, la finalidad de este artículo es ofrecerte las claves para mantener tus defensas altas durante todo el año y así prevenir la infección y el desarrollo de cualquier virus o bacteria en tu organismo.
Realizar ejercicio es el primer paso
La actividad física moderada contribuye de manera indirecta a mejorar las defensas, porque mejora la circulación, lo que permite que las células defensivas trabajen de manera más eficiente, mejora la salud en general y ayuda a controlar el peso, un factor de riesgo importante.
Las probabilidades de contraer un resfriado, gripe u otras enfermedades se reducen en aquellas personas que realizan actividad física, ya que está demostrado que el deporte ayuda a eliminar bacterias de los pulmones y vías respiratorias. Del mismo modo, practicar ejercicio también ayuda a liberarte del estrés y dormir mejor, dos factores que perjudican a tu sistema inmune.
Eso sí, debes respetar los períodos de descanso y evitar el sobre-entrenamiento porque podría causar el efecto contrario y bajar las defensas. Esto es debido a que las células inmunes migran hacia el músculo dañado y dejan al descubierto otras zonas que podrían ser afectadas por los virus. La recomendación es realizar ejercicio moderado o, si prefieres el entrenamiento de alta intensidad, dejar entre 24 y 48 horas de descanso entre cada sesión.
El sedentarismo y sus consecuencias
El sedentarismo está considerado como el segundo factor de riesgo que más afecta a la salud, después del tabaquismo. Mantener unos hábitos sedentarios duplica las posibilidades de contraer enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, obesidad y, así mismo, contagiarse de infecciones que afecten al sistema inmunológico.
El ejercicio es la única herramienta para que nuestro sistema inmunológico y nuestras defensas funcionen correctamente y puedan actuar frente a infecciones u otras enfermedades.
Alimenta a tu sistema inmunitario
Otra de las claves para mantener un sistema inmune en perfecto estado de revisión es cuidar la flora intestinal bacteriana. Los alimentos integrales vegetales (legumbres, cereales, nueces, almendras y frutos secos en general, hortalizas y frutas enteras) son ricos en fibra, y parece que a nuestras bacterias intestinales les gusta mucho.
Las hortalizas y frutas también son ricas en micronutrientes y sustancias que, según la evidencia científica, pueden fortalecer las defensas: vitaminas A, B6, B9 (ácido fólico), C y E, zinc, cobre, selenio, quercetina o flavonoides.
Evita los alimentos altamente procesados
Un estudio publicado en Nutrition Journal en 2014 decía que estos alimentos, entre ellos la comida rápida o la bollería industrial, alteran el equilibrio de la flora intestinal, incrementan la permeabilidad intestinal (y por tanto la posibilidad de sufrir más infecciones) y alteran la función inmune de las células. En general, evita los alimentos ricos en azúcares, sal y grasas hidrogenadas.
Nunca es tarde para empezar a cuidarte practicando ejercicio y siguiendo una alimentación equilibrada.
¿Que piensas?