Según los expertos, el entrenamiento de fuerza es el único tratamiento no farmacológico que mejora y compensa el bajón relacionado con la edad de la masa muscular esquelética, la fuerza y la potencia.
Raquel Blasco Redondo (Valladolid, 1965) logró plaza de internista, pero no trabaja en un hospital. Tras trabajar con usuarios de drogas, pudo entrar en la unidad de medicina interna del CEREMEDE (Centro Regional de Medicina Deportiva de Castilla y León), que acababa de inaugurarse (eran los años 80), e incorporaba un laboratorio de dopaje. Después de años trabajando, Blasco se ha convertido en la responsable de la unidad.
Trabaja en la Gerencia Regional de Salud (Sacyl), un organismo destinado a ayudar a deportistas de élite y pacientes con enfermedades crónicas, así como a la investigación y formación en Medicina del Deporte y del Ejercicio Físico. Gracias a una entrevista con el medio The Objective, podemos saber con mayor profundidad de qué trata este servicio.
Los beneficios del entrenamiento de fuerza
Blasco destaca los beneficios del ejercicio, sobre todo en pacientes con cáncer, y se queja de que, por lo general, los médicos no promueven el desarrollo de la fuerza y el tamaño de los músculos. Los entrenamientos de fuerza, a diferencia del ejercicio moderado que a menudo se recomienda, fortalecen los músculos y mejoran las capacidades motrices, lo que, en personas mayores, por ejemplo, previenen de caídas o lesiones leves. “No es necesario escoger”, recalca Blasco, sino que hay que añadir ejercicios de foráneo como las sentadillas o las dominadas en los ya recomendados paseos.
Según los expertos, el entrenamiento de fuerza es el único tratamiento no farmacológico que mejora y compensa el bajón relacionado con la edad de la masa muscular esquelética, la fuerza y la potencia.
Recetar ejercicio físico
Sacyl, donde trabaja Raquel Blasco, es un organismo destinado a ayudar a deportistas de élite y pacientes con enfermedades crónicas. Es el único en Valladolid, pero no en el país; en otras comunidades, como Cataluña, ya gozan de este servicio. ¿Qué hacen allí, sin embargo? En estos centros, sobre todo, atienden a deportistas de élite, y actúan como médicos de cabecera. En primer lugar, hacen un reconocimiento médico, que consiste en una prueba de esfuerzo por descartar patologías que causan muerte súbita.
Su actuación consiste en recopilar toda la información sobre cómo afecta al ejercicio en las personas con diversas patologías y aplicarlas a quien lo precisa. Así, podemos decir que este tipo de servicios se dedican a estudiar e investigar los efectos del ejercicio físico sobre las personas ya “recetar ejercicio físico”: pautan dosis, indican qué ejercicios realizar y cómo, etc. como si fuera un tratamiento antibiótico.
Entrenamiento de fuerza antes que entrenamiento cardiovascular
En la última guía de hábitos saludables y sostenibles de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recomienda que, en mayores de 65 años, se priorice el entrenamiento de fuerza antes que el cardiovascular. Este entrenamiento de fuerza implica ejercicios con elevada resistencia, que permitan alcanzar el 75% de la fuerza máxima.
El entrenamiento de fuerza nos brinda unas ventajas endocrinometabólicas altas y disminuye la mortalidad, porque nos hace más activos, más fuertes, menos inestables y más equilibrados. Esto se traslada a menos caídas y menor fragilidad, especialmente en los grupos más vulnerables: las personas mayores y los enfermos crónicos.
Sin embargo, Blasco Redondo remarca que no debe ser una decisión. Aunque, asegura, el entrenamiento de fuerza es mucho más beneficioso que el cardiovascular, y que profesional y socialmente deberíamos empezar a verlo como opción principal, la especialista recuerda que lo mejor es la combinación de estos dos entrenamientos.
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