Si tienes pensado empezar a ir al gimnasio, pero no sabes cómo hacerlo, aquí te brindamos 5 consejos para ayudarte. El gimnasio puede parecer un lugar intimidante cuando vas por primera vez, pero no te angusties, cuando te acostumbres, estarás a gusto.
- Ten claros tus objetivos a la hora de ir al gimnasio
Si te has decidido a ir al gimnasio, debes saber cuáles son tus metas, para poder actuar en consecuencia y medir tus progresos. No es lo mismo entrenar para aumentar demasiado muscular que para perder peso, o mejorar resistencia.
Si quieres perder peso tendrás que hacer ejercicios aeróbicos, si quieres fortalecer los músculos, tendrás que trabajar con peso… Sea cual sea tu meta, debes tenerlo en cuenta y debes ser realista.
- Pide consejo profesional
En el gimnasio, mucha gente entrena sola, pero no te lo recomendamos si es la primera vez que vas. Busca la experiencia de un profesional técnico para que te ayude a elaborar un plan de entrenamiento que te acerque a tus necesidades y objetivos.
Es ideal que contrates a un entrenador personal, porque te enseñará a diseñar rutinas y te brindará los mejores consejos y técnicas para tus entrenamientos. Además, te motivará, algo esencial para que no pierdas las ganas.
- Mantén una dieta saludable combinada con el gimnasio
Una buena alimentación supone un gran porcentaje de un programa para mejorar el físico o la forma de alguien. Por lo general, se recomienda una dieta rica en proteínas, moderada en carbohidratos y baja en grasas. Si tienes dudas, siempre puedes pedir ayuda a un nutricionista.
- Equípate bien
Aparte de un buen calzado y ropa adecuada, es imprescindible que traigas siempre una toalla para secarte el sudor y una botella de agua. Aunque no tengas sed, debes ir bebiendo, ya que si sudas y no bebes, puedes deshidratarte.
También es aconsejable llevar un pulsómetro para calcular la frecuencia cardíaca a la que te entrenas.
- Calienta y estira
Calienta antes de iniciar el entrenamiento y estira una vez hayas terminado. De esta forma preparas los músculos antes y los relajas después. Si no lo haces, es muy posible (y más, durante las primeras semanas, en las que tu cuerpo no está acostumbrado al esfuerzo), que sufras agujetas, sobrecargas e incluso lesiones.
¿Que piensas?