El inicio de año es un momento ideal para repasar tus hábitos de vida y proponerte cambiar aquellos aspectos que no te gustan o que te perjudican. Invierte en ti y en tu salud
Parece que modificar los hábitos de vida es uno de los aspectos más difíciles de conseguir en el ser humano, pero eso no quiere decir que sea imposible. Aprovechar el inicio del año para intentar mejorarlos es una inversión segura en salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que es suficiente con mantener una dieta sana, un peso normal y cierta actividad física a lo largo de la vida para prevenir un tercio de los casos de cáncer. Adopta los siguientes hábitos que mejoran tu salud.
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Come sano y equilibrado
Una alimentación correcta es la responsable de la prevención de varias enfermedades y del fortalecimiento del sistema inmunológico. En este sentido, la dieta mediterránea es la que se considera más completa, ya que incluye todos los alimentos para comer de un modo sano y equilibrado: cereales, vegetales, legumbres, pescado, aceite de oliva… Es importante reducir el consumo de grasas saturadas (bollería, embutidos…) e incluir más antioxidantes (fruta y verdura).
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Ejercita tu mente
La mente es un músculo más del organismo. Varios estudios demuestran que las personas que desarrollan actividades que requieren esfuerzo intelectual conservan más vitalidad mental cuando envejecen. Existen varias herramientas útiles a tu alcance, como por ejemplo, leer, escribir o participar en tertulias. Los crucigramas, los juegos de palabras, el parchís y el dominó son excelentes para potenciar y estimular el cerebro. Las actividades artísticas, como son pintar o dibujar, hacen trabajar al intelecto y fomentan el desarrollo psicomotor. En cambio, no abuses de la televisión porque en exceso atrofia la mente.
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Aléjate del estrés
Cuando el estrés se vuelve crónico puede afectar a la salud provocando fatiga, inapetencia, insomnio, nerviosismo, ansiedad, dolor de espalda y de cuello… Para evitarlo: procura no querer hacer demasiadas actividades a la vez y céntrate solo en lo que es posible realizar; intenta dormir bien (entre 7 y 8 horas diarias); practica la respiración consciente y profunda, mediante la respiración alterna (respirando alternativamente por los dos orificios nasales) o la respiración abdominal; aprovecha el deporte y la meditación o el yoga para relajar la mente y alejar los pensamientos negativos; regálate un masaje, un baño caliente, escucha música tranquila…; y cultiva las relaciones sociales, familiares y culturales.
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Bebe más agua y depúrate
El cuerpo necesita hidratarse, para ello es importante beber agua (unos 8 vasos al día). Además, ayuda a eliminar toxinas acumuladas y mejora la función renal. También te benefician las infusiones, los caldos y los zumos de fruta, siempre que sean naturales.
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Deja de fumar
Dejar de fumar no es fácil porque implica una dependencia física (nicotina) y psíquica (costumbre), pero abandonar este hábito es clave para ganar salud y calidad de vida. La nicotina pasa de los pulmones a la sangre y afecta al corazón, al sistema hormonal, al metabolismo y al cerebro. Existen muchos métodos para conseguirlo: los parches, los chicles y las pastillas de nicotina; la acupuntura, las terapias de grupo o ciertos medicamentos (con receta). El ejercicio es un gran aliado porque combate el síndrome de abstinencia y la angustia que surge cuando se deja el tabaco, pero lo más importante es mentalizarse y tener fuerza de voluntad para salir adelante.
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Activa tu cuerpo con ejercicio
En una vida sana no puede faltar ejercicio físico, ya que entre sus múltiples virtudes, destacan la aportación de elasticidad muscular, la protección del corazón, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la participación en una oxigenación pulmonar y cerebral más grande. De este modo, el deporte ayuda a dormir mejor y sube el ánimo gracias a la liberación de endocrinas, responsables de la sensación de bienestar. Junto con una alimentación sana y equilibrada, mantener una actividad física constante es la mejor garantía de salud. Hacer ejercicio de manera regular tiene más de 110 beneficios hasta el punto de reducir notablemente el riesgo de sufrir una larga lista de enfermedades importantes y de rebajar la cantidad de medicación en todos los niveles.
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Tensión arterial y colesterol a raya
Reducir el consumo de sal y alcohol, realizar ejercicio físico y procurar alejarse de las situaciones de estrés ayuda a mantener unos niveles de tensión óptimos. Además, los beneficios son todavía más grandes si se aumenta el consumo de frutas y verduras y se reducen las grasas saturadas. La dieta también juega un papel fundamental en el mantenimiento de unos niveles adecuados de colesterol. Otras medidas que contribuyen son: mantenerse dentro de los límites de peso normales, dejar de fumar y controlar la tensión arterial.
Esperamos que seas capaz de adoptar el máximo número de hábitos saludables en tu vida, ya que cuántos más añadas, más larga será tu esperanza de vida y el riesgo de sufrir cáncer u otras enfermedades cardiovasculares disminuirá considerablemente.
¿Que piensas?