Cuando se acerca el verano surgen mil y una estrategias o dietas milagrosas para reducir los kilos de más en muy poco tiempo. Este tipo de fórmulas son poco saludables e ineficaces a largo plazo. Seguro que has oído alguna vez esta frase: «el cuerpo de verano se construye en invierno». Pues eso, la clave es empezar a cambiar hábitos alimenticios unos 3-4 meses antes de que llegue el verano. Esto, sin embargo, es más fácil de decir que de hacer y por este motivo desde el departamento de DiR Nutrición, queremos ayudar para que este año te apuntes a la «operación bikini» sin sufrir las consecuencias devastadoras de las dietas milagrosas: pasar hambre innecesariamente, efecto rebote, perder salud y vitalidad, etc.
¿En qué consiste un asesoramiento nutricional?
Todos tenemos una imagen en mente de lo que nos gustaría conseguir: perder grasa y tonificar el cuerpo, aumentar la fuerza y el rendimiento, mejorar la salud, etc. Si hace tiempo que persigues tu objetivo y te está costando ver resultados, el asesoramiento nutricional es la oportunidad perfecta para identificar claramente este deseo y ver cómo la alimentación contribuye a hacerlo realidad. ¿Cómo lo conseguimos? Respondiendo a dos preguntas:
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¿Tus hábitos alimenticios te ayudan a conseguir a tu objetivo?
Es muy habitual que por falta de tiempo, organización o sencillamente por desinformación, nuestras decisiones alimentarias estén saboteando nuestro objetivo. Quizás repartes inadecuadamente las comidas a lo largo del día, no tienes en cuenta las necesidades nutricionales específicas de tu cuerpo (especialmente en relación al entrenamiento) o no incluyes los grupos de alimentos en la cantidad y proporción adecuada. Todo esto hace que el esfuerzo que dedicas a conseguir resultados satisfactorios a través de la actividad física, pierda efectividad y finalmente termine en desmotivación. Por lo tanto, es imprescindible, una vez tenemos claro qué queremos conseguir, saber qué nos ha estado frenando hasta ahora.
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¿Qué nos dice tu composición corporal de tu alimentación?
El peso es un indicador de nuestro estado físico y de salud, pero en definitiva, no lo es todo. En el asesoramiento nutricional queremos saber cuál es el punto de partida de la forma más objetiva posible. Por ello, evaluamos no sólo tu peso sino como este se reparte en diferentes tipos de tejidos: grasa, grasa visceral, músculo, masa ósea, agua, etc. De esta manera podemos tener una noción de cuál es el estado actual de tu metabolismo y saber qué es lo que hay que trabajar a través de la alimentación.
Un déficit de masa muscular y un exceso de grasa (especialmente visceral), nos estará indicando que la calidad de la alimentación no es la adecuada. En estos casos, una intervención nutricional combinada con ejercicio físico fomenta la reducción del porcentaje de grasa y el aumento de la masa muscular. El tejido muscular es mucho más compacto que el grasiento y por tanto, el resultado más visible es la reducción del volumen corporal y la definición muscular. Un aumento de la masa muscular, sin embargo, no sólo tiene beneficios a nivel de imagen sino que contribuye a mantener una buena salud de los huesos y del metabolismo (por ser un tejido muy activo hormonal y energéticamente).
A través de un análisis de tu composición corporal, también podemos detectar problemas de retención de líquidos asociados a un desequilibrio nutricional: por ejemplo un consumo elevado de sodio (productos procesados, precocinados, conservas, etc.) o deficitario de potasio (frutas y verduras principalmente).
Una vez tenemos claro dónde queremos llegar, los puntos débiles de nuestra rutina alimentaria y nuestro estado físico actual, es el momento de proponerte un cambio de hábitos. Sabemos que los cambios no son fáciles, pero valen la pena en el futuro. Desde el servicio de DiR Nutrición queremos ayudarte a conseguir tus metas.
Empieza a prepararte para el verano pidiendo tu asesoramiento nutricional gratuito de Clubs DiR.
¿Que piensas?