Cómo preparar la carrera DiR Guardia Urbana cuando no has nacido para correr
En DiR me han propuesto que corra la Cursa DiR Guàrdia Urbana. La cosa fue así:
– ¿Qué te parecería correr la Cursa DiR Guàrdia Urbana? Podrías grabar dos vídeos a la semana explicando tus entrenamientos y dando alguna pauta nutricional para preparar la carrera.
– (Cara de susto) No me gusta correr, soy más de nadar, yo; cuando corro me acabo haciendo daño en las rodillas y…
– ¿Quieres correr 5 o 10 km?
– (Cara de resignación) Uf. 10. Ya que me pongo, hagámoslo bien, ¿no? (Cara falsa de seguridad)
No me gusta correr. Hago 1’91 y peso 91 kg y cada vez que he intentado correr un poco seguido me he acabado lesionando: mala técnica, las zapatillas… no sé, algo no funciona. La última vez fue después de un ataque de motivación inspirado por la lectura (muy recomendable) del libro ‘Nacidos para correr’, de Christopher Mc Dougall (La Campana, 2011), donde explica las proezas de una tribu de superatletas de México capaces de correr más de 80 km con sandalias y sin despeinarse. No es mi caso: yo me despeino, y mucho más. NO he nacido para correr.
Pero debo admitir que hay algo de correr que me atrae y que siento un punto de frustración por haber fracasado en todos mis intentos anteriores (uno tiene su orgullo). Y también está el reto: ¿seré capaz de prepararme en sólo cuatro semanas para correr la carrera? Tendré ayuda, y de la buena: me entrenaré con un entrenador personal de DiR un par de veces a la semana para hacer un trabajo específico y saldré a correr con la gente de Run with us. A ver si me aguantan las piernas: si no lo consigo, grabaré los vídeos, haré la carrera tan dignamente como pueda el día 28 de mayo, lo dejaré estar y volveré al mar, que es donde me siento mejor y donde mis rodillas están calladas y tranquilas.
El primer encuentro con mi entrenador personal es un jueves a las 7.15 de la mañana. Se llama Marcos Guirló y, aparte de ser EP de DiR, también es entrenador de la selección española de fútbol americano; más adelante sabré que pasa de los 50, que es futbolero, colchonero a matar, que a veces corre con sandalias y que cuando yo estoy a 165 pulsaciones después de correr un rato, él no pasa de 110. Me han dicho que es un crack con el tema del running. Lo primero que le suelto es que no me gusta correr y enseguida le veo en los ojos que se lo toma como un reto. Te gustará, ya lo verás.
El primer día me avalúa: quiere saber cuál es mi forma física, como corro, qué nivel de coordinación tengo, qué técnica tengo (si es que se puede llamar así, de lo que tengo). Sólo tenemos 4 semanas para preparar la carrera y tiene que saber hasta dónde puedo llegar para prepararme el máximo de bien posible sin lesionarme o agotarme. Me habla de correr alto, de mover los brazos de manera correcta y de usarlos también para avanzar, de correr un poco arqueado, de la importancia de pisar bien y utilizar la pisada para salir disparado hacia arriba y adelante… Y con cada detalle, con cada pequeña revelación, noto que me arrastra más hacia su terreno. Sabía que la técnica era importante, pero no sabía que lo fuera tanto: después de todo, todo el mundo sabe correr, ¿verdad? Pero la distancia entre el sufrir y el disfrutar corriendo se encuentra en los detalles y Marcos los apunta todos con paciencia, con pasión y con la seguridad de quien lleva muchos años dedicado a ello. Rodillas más arriba, ritmo, trabajo de core, elasticidad: eficiencia con cada movimiento. 48 horas después me llevará a correr por la zona marítima a ritmo tranquilo y el tiempo pasará volando: sol, mar, luz, color, una Barcelona llena de gente motivada de todas las edades que también corre y Marcos, que de vez en cuando me hace alguna indicación. Cuando llegue a casa estaré crujido, con daño a cada músculo de las piernas, con un dolor indeterminado al arco del pie izquierdo porque mis zapatillas son demasiado duras (sí, me tendré que comprar unas buenas)… pero todo habrá desaparecido 36 horas después. Las rodillas no han dicho ni pío, no hay ningún rastro de dolor en ninguna parte, sólo me queda la extraña sensación que me ha picado un gusano y que la Cursa DiR Guàrdia Urbana ya no es trabajo, no es sólo un reto puntual, un objetivo, o una meta, sino que más bien será una etapa. Marcos, puñetero, me has convencido: ¿cuándo volvemos a salir?
Adam Martín, experto en comunicación nutricional del DiR
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