Unos son verdades a medias y otros del todo falsos. A continuación desmentimos los 10 mitos más comunes relacionados con la práctica deportiva
Existen muchos mitos alrededor de la actividad física que se van transmitiendo de boca en boca y que, en la mayoría de los casos, son falsos. Por ello es necesario desmentirlos, ya que pueden llevarnos a cometer errores importantes que afecten a nuestro rendimiento, estado de forma y, en algunos casos, a nuestra salud. Estos son los 10 mitos más comunes relacionados con el ejercicio:
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«Si comemos más proteínas tendremos más músculo»
El organismo tiene un punto máximo de asimilación de proteínas que se sitúa entre los 1,5 y 2 gramos de proteína por kg de peso corporal y por día. Esto significa que si una persona pesa 80 kg puede asimilar, como mucho, 160 gramos de proteína diaria. Tomar más cantidad puede tener efectos negativos, tales como provocar una saturación del hígado.
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«Sudar provoca perder peso»
Sudar es un mecanismo termorregulador del organismo, de modo que si la temperatura corporal sube, tu cuerpo suda para reducirla. Este líquido que pierdes se recupera después, una vez bebemos líquido, y por tanto no conlleva perder peso. La pérdida de peso se produce en la medida en que el ejercicio puede ayudar a consumir parte de la energía de reserva del organismo en forma de grasa.
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«Si dejamos de entrenar, el músculo se convierte en grasa»
A medida que dejas de entrenar pierdes tono muscular y, por tanto, tus exigencias metabólicas también se reducen. Si continúas manteniendo una elevada ingesta de alimentos, pero necesitas menos energía para mantener tu estado de forma, el resultado es que a medida que pierdas masa muscular se incrementa el porcentaje de grasa corporal.
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«Sólo si hacemos muchos abdominales conseguiremos marcarlos»
Está bien seguir una rutina de ejercicios para tonificar los abdominales, pero no será suficiente para marcarlos, porque depende principalmente del porcentaje de grasa corporal. Lo más efectivo es entrenar de forma global todo el cuerpo, tanto a nivel muscular como cardiovascular, sin olvidar un aspecto muy importante: la alimentación. Seguir una dieta equilibrada adaptada a tu ritmo de vida y baja en grasas repercutirá en tu calidad de vida y aspecto.
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«Para adelgazar, lo más efectivo es hacer ejercicio cardiovascular»
La mejor opción para perder peso consiste en combinar ejercicio cardiovascular y muscular. Sin embargo, hay que tener presente que si bien el trabajo cardiovascular permite quemar calorías mientras haces ejercicio, en el trabajo muscular incrementas el metabolismo en reposo. La explicación es fácil: a consecuencia del entrenamiento con resistencias, aumenta el tono muscular y necesitas más energía para poder movilizar los músculos. Esto provocará que quemes calorías sin darte cuenta, haciendo tareas de la vida cotidiana.
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«Correr muy a menudo perjudica las articulaciones»
Correr lubrica las articulaciones, fortalece la musculatura flexora y extensora del rodillas y mejora los ligamentos y los tendones. Por lo tanto, salir a correr, si se hace correctamente, lejos de provocar lesiones prepara el cuerpo para prevenirlas. Es recomendable, eso sí, hacerlo progresivamente, sobre una superficie adecuada (mejor sobre hierba que cemento) y con el calzado adecuado. Sobre la cinta garantizas un amortiguamiento que reduce los efectos negativos del impacto. Además, con el software actual pueden simular diferentes perfiles de terreno.
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«Si trabajamos para aumentar músculo no debemos estirar»
Nada más lejos de la realidad: después del entrenamiento, la musculatura sufre acortamiento derivado de la repetición sistemática acortamiento-estiramiento a la que se ve sometida. Como consecuencia del movimiento, la sangre, los líquidos y los nutrientes han entrado en el músculo provocando una congestión. Si no estiras y continúas entrenando, la musculatura seguirá acortándose, lo que puede provocar dolores, molestias e incluso lesiones. Estirar la musculatura entrenada favorecerá el retorno de todos los fluidos que han entrado en el músculo durante el entrenamiento, y además permitirá que la musculatura retorne a su posición inicial evitando molestias y manteniendo el rango de movimiento de todas las articulaciones.
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«Entrenar una vez a la semana no sirve de nada»
Para alguien con un buen nivel de forma y que quiera mejorar la condición física, entrenar sólo una vez a la semana puede ser un estímulo insuficiente. En cambio, para quien nunca haya entrenado, hacer una rutina de entrenamiento global una vez a la semana estimulará el sistema cardiorespiratorio, movilizará las articulaciones, mejorará el tono muscular, etc. Si no podemos entrenar más, siempre será mejor una vez a la semana que ninguna.
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«Si lo entrenamos, el músculo crece»
La respuesta es un no rotundo, ya que no siempre que entrenes a nivel muscular conseguirás una hipertrofia, sino que ésta dependerá de la intensidad a la que entrenes. No es lo mismo un músculo grande que un músculo tonificado: cuando tonifican un músculo puedes tener la sensación de que ha crecido, pero lo que ha sucedido es que se ha activado. Unos músculos activados te permitirán hacer las tareas con menos esfuerzo, prevenir lesiones y aumentar tu metabolismo en reposo consumiendo más calorías que si tienes una musculatura flácida y poco entrenada.
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«Las agujetas desaparecen con un vaso de agua con azúcar»
Como consecuencia de haber entrenado por encima de tu nivel se produce una inflamación que no desaparece con agua y azúcar. La mejor manera para prevenirlos es seguir estos consejos, sin embargo, si al día siguiente notas que tienes agujetas también querrá decir que tu rendimiento habrá mejorado.
Lo que sí es verdad
Hacer ejercicio de manera constante y regular alarga la esperanza de vida. Y es que varias investigaciones han demostrado que cuando se exige a los músculos un esfuerzo, las células madre se activan y hacen crecer nuevas fibras musculares, lo que evita el deterioro muscular. Como el corazón está formado por pequeños músculos, al realizar un trabajo cardiovascular y aumentar la frecuencia cardíaca, se crean nuevas fibras en estos músculos y el corazón se vuelve más resistente y vigoroso. Asimismo, el ejercicio cardiovascular, al incrementar la frecuencia cardíaca, crea nuevos capilares en todo el cuerpo, incluido el cerebro, lo que genera nuevas neuronas. Depende de ti mismo, por lo tanto, frenar el proceso de envejecimiento con ejercicio y una dieta sana.
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