Quemar grasa y perder peso es uno de los objetivos más buscados entre la mayoría de personas que se apuntan a un gimnasio
Cualquiera de nosotros conoce a una persona que ha recurrido a métodos drásticos para tratar de quemar esta grasa lo antes posible, como lanzarse al ayuno intermitente sin consultarlo con un especialista, atiborrarse a “quema grasas” después de cada comida o tratar de hacer una dieta milagro. Si no la conoces, quizás esa persona eres tú.
Sorprendentemente ninguno de estos métodos funcionan, es más, a medio plazo puede ser que tu peso aumente a la misma velocidad que tus ánimos se desploman al ver la cifra que marca la báscula. Pero no te preocupes, tenemos las claves para que esta vez puedas conseguir tus resultados. Te las explicamos a continuación.
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Revisa el entrenamiento que estás realizando
Hacer 3 veces por semana 30 minutos de elíptica o bicicleta estática está bien para mantener tu cuerpo en forma y aumentar tu resistencia, pero por mucho que en la pantalla indique que has quemado 500 calorías, difícilmente eso se va a traducir en una pérdida de peso.
La fórmula clásica para quemar grasa es realizar media hora de entrenamiento muscular y después 30 minutos más de trabajo cardiovascular. Es mejor seguir este orden porque “durante el entrenamiento de cardio facilitarás la quema de grasas después de vaciar las reservas de glucógeno durante la primera media hora”, explicaba Ignasi J., Director Técnico de DiR Tres Torres en este artículo.
Durante el entrenamiento muscular, realiza aquellos ejercicios que implican el movimiento de grandes cadenas musculares, como por ejemplo ejercicios de entrenamiento funcional (sentadillas, flexiones, burpees, planchas, etc.) y evita aquellas máquinas donde solo trabajan de forma aislada un grupo muscular.
Ahora bien, existen sesiones de entrenamiento en grupo diseñadas especialmente para quemar grasas y que además son divertidas para motivarte al máximo. Se trata del HIIT, un entrenamiento por intervalos de alta intensidad que combina el trabajo cardiovascular y muscular en la misma sesión. En una sola sesión se pueden quemar alrededor de 800 calorías.
Si quieres optar por este método más eficaz, deberías probar las sesiones Bootcamp, un entrenamiento con altas dosis de motivación que cada día suma más adeptos. Combina el entrenamiento de resistencia cardiovascular con ejercicios de fuerza. Lo mejor de todo es el ambiente que se vive en cada sesión, gracias a las indicaciones del técnico que además no deja de motivar en todo momento a los usuarios, todo en una sala especialmente acondicionada con la mejor música e iluminación especial.
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Reduce calorías de tus comidas
No es necesario que pases hambre para poder bajar de peso, porque mantener a lo largo del tiempo una rutina alimentaria que no te satisface acabará fracasando. Lo que sí debes hacer es plantearte algunos pequeños cambios que te ayudarán a reducir el consumo calórico en tu día a día.
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- Primero de todo consume alimentos que no están procesados: evita la gran mayoría de platos precocinados, la bollería industrial, bebidas carbonatadas o con sabor a frutas, preparados de carne o pescado o derivados de estos, entre otros.
- Intenta comer cada 3 o 4 horas: entre las comidas principales, puedes comer una pieza de fruta, un yogur o un pequeño bocadillo. Evita picar snacks que no sean saludables con altos contenidos de azúcares o sal.
- Intenta que la cena sea ligera: opta por cenas que contengan verdura o ensalda y carne o pescado a la plancha. Evita el consumo de farináceos por la noche (pasta, arroz, pizza…).
- Consume grasas saludables: no es necesario eliminar las grasas de tu dieta, pero sí puedes substituirlas por grasas de buena calidad. En este caso puedes consumir pescado azul (sardina, salmón, atún, bonito…), huevos, aguacate, frutos secos, cacahuetes u otras legumbres.
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A la hora que entrenas también influye en los resultados
Según un reciente estudio realizado en Estados Unidos, existe una diferencia entre entrenar por la mañana o bien por la tarde si tu objetivo es quemar grasas. Después de monitorizar los entrenamientos de un grupo de 100 personas, los resultados demostraron que aquellas personas que entrenaban antes 15:00 horas habían perdido entre 1 y 2 kilos más que las personas que entrenaban por la tarde y quemaban hasta un 5% más de grasa.
Llegaron a la conclusión que esta diferencia era principalmente a causa de que estos individuos estaban más activos a lo largo del día y comían unas 100 calorías menos, es decir, adquirían nuevos hábitos saludables.
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Paciencia, porque los resultados acaban apareciendo
Los tres puntos anteriores son muy importantes, pero si no tienes paciencia y no mantienes una rutina, olvídate de tu objetivo. Ten en cuenta que estos cambios no se consiguen en la primera semana, por eso tus expectativas deben ser realistas. Considera que hasta el segundo o tercer mes no notarás los primeros resultados.
Tómate tus entrenamientos en serio y priorízalos ante otras tareas si realmente quieres conseguir el cambio que estás deseando, si encuentras la actividad que te motiva y te hace disfrutar en cada sesión, ¡será pan comido!
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