El final del verano siempre es duro: dejamos atrás las vacaciones, las noches con los amigos y la playa y volvemos al trabajo, a la rutina y al cansancio. Por este motivo, es normal que, aunque nos guste mucho entrenar, nos cueste volver a ir al gimnasio. ¿Cómo hacerlo, para que nos sea más sencillo y para no morir en el intento de volver al ejercicio físico? Te damos algunos consejos.
No te compares con tu anterior ‘yo’
Es probable que antes de las vacaciones pudieras levantar mucho más peso, aguantaras muchos más minutos corrientes e incluso, es probable que hicieras alguna dominada. Después de unas semanas de pausa, es normal que tus resultados hayan descendido: no pasa nada. No te compares con tu anterior yo y ten presente que todo lo que hacías, con unas semanas de entrenamiento, lo volverás a hacer: ¡no empiezas desde cero!
El cuerpo tiene memoria; lo único que debes hacer es tener paciencia y, en las primeras semanas, ajustar los ejercicios, reducir el peso y no bajar los brazos. Ya verás cómo, con algo de motivación y mucha constancia, en menos tiempo del que esperas vuelves a la forma física de antes de las vacaciones.
Después de vacaciones: mayor calidad que cantidad
Es normal que, después del período de vacaciones, tengas ganas de recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, debes tener en cuenta que tu cuerpo debe recuperar la forma física paulatinamente; si pretendes hacerlo todo de repente, además de cansarte rápidamente del gimnasio, es probable que te lesiones o sobrecargues tus músculos.
Para evitar lesiones, agujetas y desmotivación, es mucho más aconsejable realizar tres o cuatro entrenamientos a la semana, de baja intensidad, que hacer dos o tres al máximo. Por lo menos, durante las primeras semanas. A medida que el cuerpo vuelva a acostumbrarse, podrás ir variando la intensidad y los días de entrenamientos.
No olvides descansar
Si bien es cierto que el descanso es siempre una de las partes más importantes del entrenamiento, después de un tiempo de pausa, como el que hacemos durante las vacaciones, es aún más relevante descansar correctamente. Si no dejamos que nuestro cuerpo descanse como toca, los músculos no rendirán lo suficiente, y los entrenamientos serán mucho menos efectivos.
Esto no significa que tengamos que descansar dos o tres días entre entrenamientos, pero sí que descansemos como toca, que cuidemos nuestro sueño y que no pretendamos recuperar los meses de vacaciones en dos semanas.
Así pues, ya lo sabes, si quieres volver a ponerte en forma después de vacaciones, no te compares, ten paciencia y descansa como es debido. En DiR estaremos encantados y encantadas de ayudarte. ¡Muchos ánimos!
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