A menudo pensamos que el yoga es una práctica light para personas con mucha flexibilidad y, por lo tanto, no apta para la mayoría de hombres. ¡Pero ni mucho menos!
Son muchos los hombres que no se acercan a una sesión de yoga porque creen que se trata de una actividad demasiado suave. De los que se atreven, hay que preguntan con timidez si pueden probar una clase «a pesar de ser muy rígidos».
Al principio es duro y algunos desisten, pero no porque no puedan completar las posturas, sino porque su ego no les permite continuar. Los que superan esta primera fase con humildad consiguen mejorar muchísimo la flexibilidad y otros aspectos.
Al contrario de lo que se suele creer, haciendo yoga se suda, ¡y mucho! Prueba una clase de Ashtanga yoga y lo entenderás. Quizás es cierto que hay personas con una flexibilidad innata que han podido conservarla con el paso del tiempo, a diferencia de la mayoría de hombres, que sólo eligen deportes que endurecen el cuerpo porque se supone que es lo más adecuado para la constitución masculina… pero si consigues ser regular en la práctica de yoga, verás que:
- Incrementa tu flexibilidad
- Te enseña a respirar
- Mejora tu concentración
- Corrige los desequilibrios musculares
- Alivia los dolores crónicos
- Ayuda a hacer cualquier deporte o entrenamiento con más seguridad y durante más tiempo
Muchos se interesan en el yoga porque buscan aquella parte Zen que todo el mundo acaba encontrando, antes o después. Pero también va en aumento en número de hombres que empiezan a hacer yoga porque esperan mejorar su condición física general.
¿Cómo te puede ayudar el yoga?
¿Quieres saber cuál es la relación del yoga con los tres deportes más practicados por los hombres?
Running
Si eres corredor de fondo entenderás rápidamente la filosofía del yoga: ¡las carreras de media o larga distancia son meditación en movimiento! Y esto es como una sesión de Vinyasa yoga, donde la respiración se coordina con la secuencia de asanas. En las asanas de pie, como la Virabadrasana I (el guerrero I) y la lanza, el runner identifica y corrige su postura para la marcha, al tiempo que mejora la respiración. Con las posturas de tierra, como el Utthan Pristhasana (el lagarto) o la Paschimottanasana (la pinza) aumenta la flexibilidad y potencia la concentración.
Ciclismo
El ciclista sabe que las molestias de espalda se deben a la postura curvada encima de la bicicleta. En las sesiones de Dharma yoga, se aprende a compensar este hábito a la vez que se gana flexibilidad en los músculos paravertebrales. En posturas como la Bhujangasana (la cobra), la Danurasana (el arco) o la Sethu Bandhasana (el puente) disfrutarás de un importante alivio y de la sensación fantástica de que tu cuerpo se llena de energía y libertad.
Natación
Nadie sabe tan bien como un nadador lo importante que es la respiración. También aprecia de manera clara la amplitud de movimientos y la fuerza en los brazos, el pecho, los dorsales y las piernas. Las sesiones de D·gravity son ideales para esto, pero también el resto de variantes del yoga. El Adho Mukha Svanasana (el perro que mira hacia abajo) es la primera invertida donde tienes que repartir el peso de tu cuerpo entre brazos y piernas. A partir de ahí, puedes probar el cuervo, el escorpión, el árbol, la plancha… durante las que mantendrás el peso de tu cuerpo sobre un pie o sobre tus manos, ganando así la fuerza que necesitas.
Puedes practicar yoga en cualquier Club DiR con diferentes sesiones como Yoga DiR, Hatha Yoga o Flow Yoga, pero si quieres ir un poco más allá y profundizar en la filosofía del yoga, tu espacio es YogaOne, los centros especializados en yoga en diferentes puntos de Barcelona, Sabadell o Tarragona.
¿Que piensas?